La cabeza del dragón, obra teatral de Valle-Inclán para niños
La cabeza del dragón, de Ramón del Valle-Inclán es una obra de teatro escrita para niños y publicada en 1914. Después se reeditó en 1926 en una trilogía titulada Tablado de marionetas para la educación de príncipes. Actualmente se encuentra editada en la colección de clásicos de Austral y también en la colección de Espasa Juvenil:
Se trata de una obra de diálogos muy divertidos y de fácil comprensión para lectores a partir de doce años. Está dividida en seis escenas y tiene todos los típicos ingredientes de los cuentos de príncipes y princesas: la infantina tiene que morir devorada por el dragón para salvar su reino, a no ser que un apuesto caballero logre derrotar al dragón. El apuesto e ingenioso príncipe Verdemar intervendrá para fortuna de todos.
Me parece una buena obra si lo que queremos es empezar la lectura de los clásicos de nuestra literatura con los alumnos de los primeros cursos de la ESO (es mucho más comprensible para ellos que por ejemplo Luces de Bohemia) y encontraremos en la obra muchas referencias históricas a la época del autor que nos permitirán introducir a los niños de una forma más amena en la literatura y la historia de este periodo:
“EL PRÍNCIPE VERDEMAR.-Pero ya sabéis lo que dice la Reina nuestra madre, cuando le repela las barbas al Rey nuestro padre: ¡Una casa no se gobierna como un reino! ¡Una casa requiere mucha cabeza! Y el Rey nuestro padre le da la razón.
EL PRÍNCIPE AJONJOLÍ.-Porque es un bragazas. Pero el primer ministro no se la da, y dice que todas las mujeres, reinas o verduleras, son anarquistas.“ (Escena primera)
Dada la cantidad de tópicos de princesas que contiene el libro, también es muy adecuada para hacer una lectura crítica de todos esos clichés (machistas) de cuentos de hadas que aparecen en la obra, dando oportunidad a los alumnos en la clase a entablar un debate crítico sobre algunos de ellos, como éstos:
“LA INFANTINA.-¿Quién sois, que poséeis la espada de diamante? Vuestra es mi vida, valeroso guerrero. Llevadme a la Corte de mi padre y mi reino será vuestro.” (Escena cuarta)
“EL REY MICOMICÓN.-Hija mía, toda duda es imposible. Vuelve los ojos a este poderoso caballero, pídele perdón por haber dudado y ofrécele tu mano.” (Escena quinta)
No olvidemos que, al menos aquí en Andalucía, en el examen de acceso a la universidad de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura no se pide a los alumnos un análisis literario, métrico o estilístico de los textos, sino un comentario crítico del contenido. Y es fenomenal que sea así porque es lo que les va a ser de más utilidad a lo largo de su vida. Enseñémosles, pues, a leer con ojos críticos desde bien pequeñitos.