Autores que nos encantan: Suzy Lee
Hemos tenido oportunidad de leer (bueno, más bien de mirar) cuatro álbumes ilustrados de Suzy Lee, publicados en España por Bárbara Fiore Editora y todos ellos nos han cautivado.
Sólo El pájaro negro tiene algo de texto, porque los otros tres son álbumes sin palabras. Sin embargo, son expresivos a más no poder y eso que el estilo de dibujo en todos es también bastante sencillo, a base de ágiles líneas negras con algunos toques de un solo color. Todos ellos están protagonizados por la misma niña imaginativa y solitaria cuyos juegos la llevan por terrenos inexplorados alejados de la realidad.
Además Sombras, Espejo y La ola forman la Trilogía del límite; son los tres del mismo tamaño y se llaman del límite porque en ellos la autora juega con la línea marcada por el pliegue central en el que se unen las páginas. Esa línea se puede interpretar como la que separa la realidad de la fantasía o ese muro que la niña tiene que saltar para ampliar y enriquecer su mundo. Empecemos por los que componen esta trilogía:
En Sombras, la niña baja al sótano de su casa para entretenerse un rato antes de la hora de cenar…
…pero lo que comienza como un inocente juego de sombras en la pared…
…terminará como una increíble aventura que poblará el sótano con un montón de compañeros de juego.
En Espejo la niña descubre asombrada la existencia de una superficie que le devuelve su imagen…
…y se lanzará a jugar con todas las posibilidades que la simetría ofrece…
…pero cuando traspase la frontera donde acaba la realidad tendrá que aprender a dar cabida a lo desconocido, a lo inesperado.
En La ola tenemos a la niña en un entorno natural, aunque al igual que en los otros la composición es muy sencilla y se limita a la niña, a las gaviotas que imitan sus acciones y al mar que rompe el dibujo en blanco y negro.
El límite en el que se unen las hojas es muy visible porque parece comerse parte del dibujo y es que representa la frontera que la niña tiene que traspasar para perder el miedo y disfrutar del mar.
Retrocederá y a la vez se atreverá, una representación muy bonita de los procesos de descubrimiento que llevan a cabo los niños.
Por último, El pájaro negro, que ya no pertenece a la Trilogía del límite, es el único de estos álbumes con algo de texto, pero a cambio no tiene ningún toque de color.
Un contratiempo, un pequeño enfado puede ser la ocasión para estar solo con uno mismo…
…y descubrir las múltiples satisfacciones que nuestra imaginación nos puede brindar.
Estos álbumes ilustrados me parecen muy buenos para el desarrollo del pensamiento, la imaginación y el gusto por las buenas historias. Además, si los miramos en compañía, también fomentan el desarrollo del lenguaje oral; si no tienen palabras se las tendremos que poner nosotros.