Una original forma de contar historias
Romance, de Blexbolex, editado en español por Libros del Zorro Rojo, es un fantástico libro que nos ha encantado a niños y adultos por igual y nos ha inspirado para narrar nuestras propias historias con una técnica muy original.
Antes de nada, hay que decir que Blexbolex es el seudónimo del ilustrador francés Bernard Granger, en cuyo trabajo se combinan a la perfección su pasión por la serigrafía y las técnicas industriales de impresión y su peculiar interpretación personal de las imágenes. Por otra parte, no es de extrañar que este libro lo haya publicado en castellano Libros del Zorro Rojo, puesto que esta editorial tiene uno de los mejores y más originales catálogos en español de libros ilustrados para todas las edades.
En la introducción de este libro Blexbolex nos señala que la palabra romance (se supone que en francés, la lengua del autor) es una vieja canción pero también es “una historia que podemos inventar entre todos. Cada uno la retoma por turnos y agrega una nueva palabra, sin olvidar nada de lo que se ha dicho”.
Blebolex adopta esta maravillosa forma de construir historias y divide el libro en siete secuencias en las que la narración se lleva a cabo primero a través de un breve párrafo introductorio y después a través de imágenes acompañadas por sustantivos. La primera secuencia es muy sencilla, sólo consta de tres elementos: salimos de la escuela y vamos por el camino hasta casa.
En la segunda secuencia se añaden dos nuevos elementos intercalados con los que ya habían aparecido en la primera secuencia: salimos de la escuela y vamos por la calle hasta llegar al camino que atraviesa el bosque al final del cual se encuentra nuestra casa.
En la tercera secuencia se intercalan entre las imágenes anteriores los que van a ser los personajes principales de la historia (el desconocido, los bandidos y la bruja).
De esta manera tan simple y efectiva el autor va ampliando la historia con la introducción de nuevas imágenes con su correspondiente sustantivo, que se intercalan con las que ya habían aparecido previamente. Lo que en principio era una historia sencillísima en la que se nos contaba lo que encontraba un niño, día tras día, en el camino de vuelta a casa después de la escuela, se convertirá en un embrollo muy grande que hará temblar la ciudad y estará a punto de destruirla. Los culpables de todo serán los sortilegios de la bruja y los bandidos enviados por el gran malvado para capturar a la reina. Afortunadamente el desconocido, que se había introducido al principio de la obra aparentemente sin ningún papel concreto, se comprometerá a cumplir la misión que se le ha encomendado para salvar a la reina y la ciudad entera. En resumen, fantasía de la buena y bastante sentido del humor.
Como habéis podido ver en las fotos, este libro es ideal para niños que están aprendiendo a leer porque la historia se construye a base de sustantivos sueltos asociados a imágenes. Al inicio de cada secuencia hay breves textos que tampoco entreñarán gran dificultad a los primeros lectores (la tipografía escolar ayuda a ello). No obstante hay que decir que este libro lo disfrutarán por igual niños de todas las edades y mayores, puesto que también es capaz de sorprender y captar la curiosidad de los adultos: así leer con los hijos es todo un placer.
Me parecen muy destacables y originales los juegos que hace con la tipografía, puesto que también contribuyen a desentrañar el argumento del libro. Así, las palabras aparecen del revés cuando la bruja pone toda la ciudad patas arriba:
Las letras parecen descolocarse por completo debido al efecto destructivo de los sortilegios:
Algunas letras se suprimirán conforme en el caos provocado por la bruja vayan desapareciendo los elementos que representan:
Llegando a suprimirse incluso la palabra completa y el dibujo que represente, dejando al lector la labor de imaginación o deducción:
Me parece una buena actividad jugar a inventar historias así, individualmente o en grupo, partiendo de un número muy reducido de elementos y ampliando el argumento con nuevos datos que se intercalan, anteponen o posponen a los previos. Y es que normalmente estamos acostumbrados a inventar historias añadiendo elementos posteriores en la línea, pero no tanto a intercalar o anteponer datos.
Podemos hacerlo libremente o con el apoyo de las cartas de narración de las que ya hablé en esta entrada. Por ejemplo (disculpad, pero tengo las cartas del juego Érase una vez en inglés):
1. Érase una vez una persona que vivía continuamente mirando y soñando a través de una ventana, desde la cual divisaba el paisaje e imaginaba el mapa de un vasto reino que terminaba en una cordillera de grandes montañas.
2. Érase una vez una persona que vivía continuamente mirando y soñando a través de la ventana de la prisión en la que estaba tristemente encerrado. Desde allí divisaba el paisaje e imaginaba el mapa de un vasto reino del cual salía un camino solitario que terminaba en una cordillera de grandes montañas.
3. Érase una vez una persona muy importante, nada más y nada menos que un príncipe, que vivía continuamente mirando y soñando a través de la ventana de la prisión en la que estaba tristemente encerrado. Desde allí divisaba el paisaje e imaginaba el mapa de un vasto reino del cual salía un camino solitario sólo frecuentado por un monstruo enorme que custodiaba una cordillera de grandes montañas. Y es que en esas montañas se ocultaba un tesoro de valor incalculable.
4. Érase una vez una persona muy importante, nada más y nada menos que un príncipe, que vivía continuamente mirando y soñando a través de la ventana de la prisión en la que estaba tristemente encerrado. Desde allí divisaba el paisaje e imaginaba el mapa de un vasto reino del cual salía un camino solitario que se adentraba en un bosque bastante espeso en el centro del cual había una casa de campo de aspecto abandonado. Al final del camino solía vigilar un monstruo enorme que custodiaba una cordillera de grandes montañas. Y es que en esas montañas se ocultaba un tesoro de valor incalculable.
5. Érase una vez una persona muy importante, nada más y nada menos que un príncipe, que vivía continuamente mirando y soñando a través de la ventana de la prisión en la que estaba tristemente encerrado. No se sabe bien cómo, ni cómo pudo hacerlo él sólo ni si alguien lo ayudó, pero el caso es que un buen día el príncipe logró escapar a través de la ventana de su celda. Por fin podía transitar el paisaje y seguir el mapa del vasto reino del cual salía un camino solitario. Antes de seguir el camino que él había visto en el mapa decidió pasar unos días en la ciudad para abastecerse de todo lo necesario. Cuando se sintió con las energías necesarias, emprendió el camino y se internó en el espeso bosque. Al cabo de un tiempo llegó al centro, en el cual encontró la casa de campo de aspecto abandonado. Lo que él no sabía es que esa casa estaba habitualmente habitada por una malvada bruja que había llenado el bosque de trampas con unos fines bastante perversos. Tampoco sabía que al final del camino vigilaba un monstruo enorme que custodiaba una cordillera de grandes montañas. Y es que en esas montañas se ocultaba un tesoro de valor incalculable.
Y así podremos continuar intercalando elementos hasta tener la historia terminada.