Fabricar historias
Fabricar historias de Chris Ware, editado en España por Literatura Random House, colección Reservoir Narrativa, no es un cómic al uso, sino una caja que contiene nada más y nada menos que 14 elementos de formatos muy diversos: libros, cuadernillos, revistas, folletos, periódicos… e incluso un tablero similar al de los juegos de mesa. Y es que esta obra es simplemente impresionante, no en vano ha recibido un montón de premios y alabanzas; no sólo te deja sin palabras su presentación externa sino también la forma de su creador de contar una historia que cautiva de principio a fin y la enorme creatividad que desprenden cada una de sus viñetas. Es una obra maestra se mire por donde se mire.
La obra trata de la vida de una mujer a la que le falta una pierna y se centra fundamentalmente en esa etapa de la vida que podríamos llamar la “edad madura” o “maduración” y que normalmente va desde que se termina la universidad hasta que se tienen los hijos ya medianamente criados. Junto con ella cobra especial protagonismo el edificio en el que vive durante esos años, al que se representa como un ente vivo con sus propias emociones y pensamientos.
Abrir la caja de Fabricar historias es abrumador, ir sacando uno a uno los diferentes elementos y no saber por dónde empezar, ya que el autor no indica nada acerca del orden que hay que seguir en la lectura; de este modo el lector colabora con el autor en el arte de “fabricar historias”. Aquí podéis ver la parte trasera de la caja y un gráfico en los que aparecen expuestos todos los elementos que componen la obra.
O fotos de lo que trae la caja dentro:
Pero la obra va mucho más allá de este deslumbrante aspecto externo: Chris Ware nos cuenta la historia de la protagonista, el edificio y sus inquilinos con una intensidad y riqueza de puntos de vista increíbles. Jamás pensé que un cómic pudiera llegar a esa profundidad en la caracterización de sus personajes. Mucha gente cree que Chris Ware es frío en sus cómics, quizás por su tipo de dibujo lineal y de colores planos, pero sus historias son de todo menos frías. Realmente, y sin llegar a ser cursi ni sentimentaloide, al lector le llegan al alma escenas como ésta de la protagonista después de someterse a un aborto voluntario:
O esta narración de los últimos momentos de la vida de su padre:
Por último hay que mencionar el hecho de que Chris Ware reinventa por completo el arte de dibujar cómics, la disposición de las viñetas, la tipografía… cada página tiene algo sorprendente. Por ejemplo, a veces se olvida por completo de una distribución racional del texto y el lector tiene que construirse su propio texto ordenando las frases según le parezca o nos marea con un laberinto de flechas que conducen de una frase a otra:
Sorprende la facilidad con la que incluye viñetas secundarias dentro de las principales para dar mayor riqueza a la narración:
O nos resume una vida entera en una sola viñeta haciendo uso de esas viñetas secundarias y del laberinto de flechas:
Aquí otro ejemplo de cómo en una sola página resume toda la evolución vital de una persona a través del dibujo de una escalera:
Cuando empecé a leer esta obra pensé que sería una actividad muy emocionante para los alumnos del instituto llevar esta caja a la clase y que fueran leyendo cada uno de los elementos que la componen, cada uno en el orden que quisiera, con puestas en común entre lectura y lectura para “fabricar la historia” entre todos, algo así como una lectura coral. Después me di cuenta de que la obra tiene escenas sexuales explícitas y descarté la idea por completo. Aún así he sacado de ella algunas ideas de lectura/escritura creativa para llevar a cabo en la clase que os contaré en la próxima entrada.
Aquí podéis ver esta obra (la última publicada por el autor) y otras también bastante innovadoras que publicó anteriormente: