Inventar historias con los bloques lógicos
La idea de unir bloques lógicos y cuentos, o de un modo más amplio, matemáticas e historias de ficción, la desarrolló Gianni Rodari en el capítulo 37 de su Gramática de la fantasía, titulado “La matemática de las historias”.
En este brillante capítulo Rodari expone cómo el niño va asimilando estructuras y conceptos de las matemáticas y de la lógica a través de la narración de determinadas historias:
Pero la mente es una sola y no hay en ella un rincón que pueda permanecer ajeno a los movimientos y a la actividad mental, sea voluntaria o no. El cuento, sin saberlo, es también un ejercicio de lógica. Y es difícil trazar un límite entre las operaciones de la lógica fantástica y las de la lógica sin adjetivos.
Así el niño, que escucha o lee el cuento […] no puede darse cuenta del hecho de que el cuento imprime en su mente el embrión de una estructura lógica: pero es un hecho.
Ahora la pregunta es ésta: ¿es lícito hacer el recorrido inverso, partir de un razonamiento para encontrar un cuento, utilizar una estructura lógica para una invención de la fantasía? Yo creo que sí.
Uno de los aspectos que se pueden trabajar a través de la narración e invención de historias son los bloques lógicos:
Conozco maestros que inventan -y ayudan a los niños a inventar- hermosas historias, mediante la manipulación de los “bloques lógicos”, los materiales estructurados para la aritmética, las fichas para la teoría de conjuntos, personificándolos, atribuyéndoles papeles fantásticos: ésta no es “otra manera” de hacer teoría de conjuntos, en oposición a la manera operativo-manual que esta enseñanza exige en las primeras clases. Es siempre la misma manera, pero enriquecida de significados. Así, pues, se incentiva no sólo la capacidad del niño de “comprender con las manos”, sino también aquella, igualmente preciosa, de “comprender con la fantasía”.
En el fondo, en definitiva, la historia del Triángulo Azul que busca su casa entre los Cuadrados Rojos, los Triángulos Amarillos, los Círculos Verdes, etc., es también la historia del Patito feo, recreada de nuevo, reinventada y revivida con una pieza de emoción que le proporciona un matiz personal.
Pero ¿qué son los bloques lógicos? Pues son 48 piezas que se definen por cuatro variables: forma, tamaño, espesor y color. Se utilizan para desarrollar destrezas básicas del pensamiento matemático como observación, comparación, clasificación, y seriación.
En Amazon se pueden adquirir bloques lógicos de diversos materiales (pinchando en cada enlace podéis acceder al producto en Amazon):
Siguiendo el ejemplo de Rodari podéis narrar a los niños historias con estos bloques y estimularlos para que ellos también las inventen. Hay algunos cuentos publicados que hacen prácticamente lo mismo:
1. Pequeño Azul y Pequeño Amarillo, de Leo Lionni
Todo un clásico que incorpora otra propiedad de los objetos, la transparencia. Es ideal para contarlo mientras manipulamos formas que podemos recortar en papel celofán. Se puede conseguir aquí:
2. Por cuatro esquinitas de nada, de Jérôme Ruillier
Un cuento genial que además nos sirve para tratar el tema de la diversidad y la integración. Se puede conseguir aquí:
3. El país de los cuadrados + El país de los círculos de Francesco Tonucci:
Un cuento de este gran pedagogo con las graciosas ilustraciones de Osther Mayer. Se puede conseguir aquí:
4. El pequeño pirata
Una caja que incluye dos cuentos de cartón y cinco piezas de espuma que forman un tangram. Se puede conseguir aquí:
Los bloques lógicos son para cualquier edad, y si no ved este juego de mesa que podemos crear nosotros mismos con los bloques lógicos, tal y como nos proponen en el blog Toca Mates:
En realidad este juego se llama Quarto, lo ideó un matemático y está editado por Gigamic. Se puede conseguir aquí: