Sobre lectura activa, observación de animales y libros de National Geographic Kids
Decía José Antonio Marina en su libro El aprendizaje de la creatividad (aquí hablé sobre él) que a veces enfocamos demasiado la educación en actividades pasivas o en el lado pasivo de actividades como la lectura. Concebir la lectura de este modo nos va a crear dos problemas. El primero, al cual precisamente se refería José Antonio Marina en ese libro, es que luego a los niños les cuesta arrancar en actividades que exigen más iniciativa, interés y creatividad por su parte. El segundo problema es hacer que los niños aborrezcan la lectura. Esta es una escena muy habitual en las aulas y que ejemplifica muy bien la lectura abordada desde un punto de vista pasivo: treinta niños sentados en silencio leyendo el mismo libro, por turnos cada vez un niño va leyendo en voz alta. Unos leen más rápido y otros no. A unos les interesa el libro y a otros no. A alguno le gustaría estirar las piernas y levantarse para dirigirse a una hipotética biblioteca de aula (si es que la hubiera) para hojear otros libros que le pudieran interesar más.
De todo esto, de lo que tantas veces he hablado ya en el blog, me he acordado a raíz de este libro de insectos de National Geographic Kids, Little kids first big book of bugs (está en inglés pero creo que también se puede comprar igual o similar en español).
El libro no terminaba de interesar a los niños, cada vez que lo cogíamos y empezábamos a leerlo enseguida se aburrían e iban a la estantería a coger otro, casi siempre de ficción. Querían leer historias, no querían libros informativos. Bien, ahí se quedó el libro esperando tiempos mejores.
Ya han llegado. Les ha dado por la observación de animales en la naturaleza, animales cercanos. Les gusta ir al zoo aunque es aún mucho más estimulante observar a los animales en libertad en su entorno: todo tipo de pájaros, animales que viven en aguas poco profundas y sobre todo bichos, muchos bichos, que son los que nos rodean por todas partes. Les gusta fotografiarlos:
Y también dibujarlos en su cuaderno de campo:
Para hacer dibujos más exactos y observarlos aún mejor las fotografías tan cercanas y detalladas del libro de National Geographic nos vienen fenomenal.
Dibujamos y vamos leyendo.
Leemos y vamos dibujando.
No queremos estar sentados leyendo pasivamente, queremos hacer, reinterpretar el libro, construir nuestro propio libro, nos gusta leerlo y asimilarlo así.
No abundan los libros de fotos para niños, por eso los de National Geographic merecen la pena. Las fotografías son de gran calidad, la edición e impresión muy cuidada y los textos bastante divertidos y atractivos. En inglés tienen muchísimas colecciones en varios formatos para niños de todas las edades. En español tienen también unos cuantos interesantes, como las lecturas graduadas.
Y aquí finaliza esta entrada que ha quedado de una temática tan variada, en la que he venido a hablar de todo un poco y de nada a la vez :).